jueves, 31 de marzo de 2011

El viento es azul, capitulo 1

Capitulo I: La chica en una jaula


Era un día de intensa lluvia, pocas personas se aventuraban a subirse a sus costosos carruajes con ese tiempo por miedo a algún accidente, por lo que por las calles había pocas personas, y la mayoría eran sirvientes de poca categoría haciendo sus quehaceres diarios, los nobles se limitaban a quedarse dentro de sus reconfortantes mansiones observando el clima con aprensión.

Pero en una de las habitaciones de la mansión Reinsworth una mirada curiosa anhelaba sentir el tacto de la lluvia sobre su piel. La dueña de esa mirada era de la pequeña Emily, la heredera de la casa Reinsworth, ella siempre había deseado sentir la lluvia, el sol y el viento sobre su piel, la razón era su penosa salud.

Desde que nació, Emily había sido poseedora de un cuerpo extremadamente débil, por lo que su madre le tenia totalmente prohibido salir de la mansión. Sus únicas conexiones con el mundo exterior eran el gran ventanal frente a su cama y su leal sirvienta, Lily.

Lily siempre le contaba cosas sobre el mundo, que había más allá de la calle que Emily podía ver, o como era el tacto de la hierva fría bajo los pies descalzos. Emily escuchaba con ansias de saber por si misma todo lo que escuchaba, pero sabia que era imposible, su madre apenas la dejaba salir de su habitación, así que era imposible siquiera soñar con tocar el césped de su hermoso jardín.

Tan solo se quedaba en su cama, mirando tristemente por su ventana como los demás niños jugaban.

Ahora que había crecido ya no quería jugar el la calle, o correr bajo la lluvia, había aprendido que esas no eran el tipo de cosas que una señorita debía hacer, pero había algo que ansiaba ante todas las cosas, el contacto con más personas de su edad.

Ella había intentado hablar con la gente a través de su ventana, pero las personas la rehuían temerosas de ser contagiados por su extraña e incurable enfermedad, por lo que Emily siempre estaba sola.

Un día, Lily entró a su habitación con una gran sonrisa y se sentó en el borde de su cama.
-Señorita, tengo algo para usted, ¿Quiere verlo?- Emily sabia que escondía algo en su delantal, algo que había traído solo para ella, y que ni siquiera su madre había visto, no era la primera vez después de todo.
-¿Que es Lily?- Dijo mientras su rostro se iluminaba imaginando que seria, a lo mejor era algún dulce, o mejor aun, alguna flor que había cortado sigilosamente del jardín.

Pero cuando le tendió el trozo de papel doblado, Emily perdió la mayoría de su ilusión, aunque de todas formas ansiaba saber que era eso que Lily traía tan emocionada.
-Es una carta, me la a dado un joven, a insistido mucho en que la leyera, dice que era para la hermosa señorita de la jaula de cristal.
-¿La jaula de cristal?- Emily se sintió de forma extraña, y entonces de dio cuenta de que sabia de quien era. Desde hacia unos cuantos días veía a un joven observar su ventana con tristeza, ella siempre imaginaba que era un príncipe que la rescataría de su prisión, pero siempre desechaba la idea.- Déjame verla.
Lily le tendió la carta y Emily la abrió despacio, como si temiera que se rompiera.

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